Días atrás, en un minuto de reflexión, intenté descifrar
bajo una perspectiva intelectual y científica, el concepto que encierra la
palabra “destino”, que desde un punto de vista religioso, correspondería a un
plan creado por Dios,
como preestablecido, sin poder ser cambiado o modificado de ninguna manera.
Después de mucho divagar, primero llegué a la
conclusión de que era un concepto absolutamente antagónico al denominado Libre
Albedrío, que las doctrinas filosóficas sostienen como el don de los humanos de poder
elegir y tomar sus propias decisiones.
Luego vino lo más complejo, ¿en cuál de los dos
conceptos me parecía más razonable creer?, y empecé a recordar y analizar todos
los sucesos que me habían ocurrido en mi vida y agregué a ellos, todos los
eventos y sucesos de los que tengo noción o recuerdo a través de la literatura,
la conversación, la imagen y el sonido. Todo apuntó al mismo resultado; el
Libre Albedrío es real y si existe, por consecuencia el Destino al parecer no.
¿Qué significa eso para mí?, que el futuro es
absolutamente incierto y se hace solo en función de tu orientación y la “casuística”.
Por lo tanto, si analizamos más detenidamente el
resultado, podemos concluir que nuestro futuro, depende de ciertas condiciones,
restricciones y situaciones que nos autoimponemos o nos impone el entorno donde
nos desenvolvemos, más un componente meramente casuístico y por consiguiente
matemático.
Que significa entonces, que nuestro futuro se
podría en gran medida anticipar si fuésemos capaces de administrar
completamente las valoraciones estadísticas de todos los sucesos, hechos y
experiencias que hemos tenido en la vida, porque ello condicionará las
decisiones que iremos tomando en el futuro.
Esto a su vez explica porque el ser humano es tan
impredecible, porque cada uno por semejante que seamos, hemos vivido y sufrido
distintas e indeterminadas experiencias que nos hacen tomar caminos distintos
al momento de decidir.
Les pongo una idea para discutir, hoy hablamos
mucho de la Inteligencia Artificial, rama de la informática dedicada a estudiar
los comportamientos “racionales” de los computadores. Esto está basado en la
gran capacidad de los computadores de acumular información, que a su vez se
transformarán en experiencias, que entrecruzadas con grandes y múltiples bases
de datos, entregarán respuestas muy similares a las del ser humano.
Es decir, mientras más experiencias le ingresen a
la memoria del computador, más capacidad de decidir, entre ellas tendrá.
En este contexto, bastaría con que la misma información
la ingresaran al computador diferentes personas y que una de ellas le incorpore
una falta de ortografía y ya se generará una incertidumbre distinta y sus
respuestas podrían ser similares, pero no necesariamente iguales.
Sin embargo, si clono o igualo estas memorias con
alguna herramienta, no me cabe duda que obtendré finalmente la misma respuesta.
Porque a experiencias iguales, respuestas iguales. Todo esto es estadística pura”.
Por lo tanto podemos concluir, que si recordáramos todas nuestras experiencias pasadas y las
metiéramos en un computador, sería muy probable que éste respondiera de una
manera predecible y/o esperada.
Se ve relativamente posible, pero donde se complica
el tema, en que falta un componente en el análisis, “las condiciones del
entorno o del medio”, esto depende a su vez de otras variables que tampoco son
fáciles de predecir, como por ejemplo el clima, alteraciones físicas humanas
(de tus pares, cercanos y lejanos) y alteraciones del planeta, como
catástrofes, cataclismos, terremotos, etc.
Por lo tanto que nos queda, condicionar en lo
posible nuestro entorno y orientarnos insistentemente en lo que consideramos
mejor para nosotros. De aquí nacen los temas valóricos, porque al final, solo debemos
pensar en vivir de mejor manera, disfrutar a concho lo que tenemos o hemos
logrado y quitarle importancia a todo aquello que no nos agrada y que no somos
capaces de administrar o cambiar. Esto por supuesto debe considerar también a tu
entorno más cercano, como tu compañera (o), tu familia, tus amigos, etc. Es un
mensaje un poco egoísta, porque no considera a los entornos más lejanos y que
pueden verse beneficiados con tus decisiones. Es decir, ¿por qué no considerar
convertirse en un misionero o benefactor de los más desposeídos, etc.?
Si se cumple siempre la famosa tercera ley de Newton,
entonces también se debiera cumplir siempre, que en la medida que provoques
menos mal a tu entorno, lo más probable es que por acción y reacción recibirás
menos maldad a cambio, esto no necesariamente se da a la inversa, ni tampoco
está garantizado de ninguna manera, ya que el ser humano es de respuestas demasiado
impredecibles y a veces irracionales. Es obvio que no podríamos vivir solos,
pero ni siquiera podemos escoger nuestro nacimiento, solo podemos alterar
levemente nuestro entorno en virtud de lo que consideramos mejor para nuestro propio
desarrollo humano.
Finalmente, por consecuencia valórica y un mejor y
placentero vivir, pensamos en nuestros hijos, en nuestra(o) compañera(o),
familiares y amigos, porque creemos en la trascendencia, porqué de otra manera,
podríamos igual ser más o menos felices, pero después de la vida no quedaría
nada y a eso si, al menos yo le tengo pánico y es el motivo por el cual escribo
estas letras.
Así
como espero esto sirva a mi descendencia a conocer más de mi y mis pensamientos,
espero les sirva para entender también los suyos y al entorno donde se
desenvuelvan, que no creo vaya a ser muy distinto al que yo he tenido.
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